La emoción es algo más que el pegamento que mantiene unidas las relaciones humanas significativas. También es un factor influyente en las decisiones de compra de los consumidores modernos. Esto es lo que necesitas saber para que el marketing emocional te funcione. La emoción es quizás una de las fuerzas más poderosas en lo que respecta a la naturaleza humana. Si logras que una persona sienta algo, habrás ganado su atención.
Dicho esto, no es difícil entender por qué las campañas de marketing digital más exitosas son también las que conectan con la gente en lo que más importa: sus valores, puntos de dolor y sentimientos personales.
La mayoría de los consumidores modernos quieren y esperan establecer conexiones personales con las marcas a las que compran y cultivar relaciones significativas con ellas a lo largo del tiempo. El marketing emocional es una forma estupenda de mostrar a tus clientes que tu también quieres eso, pero hay un arte para hacerlo bien. A continuación le explicamos cómo empezar en la dirección correcta.
¿Qué es el marketing emocional?
Aunque la mayoría de los enfoques de marketing modernos tratan de despertar los sentimientos de la audiencia hasta cierto punto, el objetivo principal del marketing emocional es establecer una conexión emocional con el público objetivo.
La idea es aprovechar esta conexión para convencer al espectador de que realice una acción, ya sea comprar un producto, inscribirse en una lista de correo o cualquier otro ejemplo.
La mayoría de los esfuerzos de marketing emocional se centran en aprovechar una emoción específica. Sí, esa emoción puede ser positiva, como la alegría, el entusiasmo, la anticipación o el orgullo. Sin embargo, muchas campañas exitosas también aprovechan el miedo, la ira o la envidia.
Si una emoción puede ser lo suficientemente fuerte como para influir en la toma de decisiones, puedes confiar en que ha sido el centro de la estrategia de marketing emocional de una marca en algún momento.
Por qué funciona el marketing emocional
La gente siente. Cada vez que vemos una película, sentimos ciertas emociones. Es la naturaleza humana. Esa es la razón por la que el marketing emocional funciona.
a) El marketing emocional genera una gran primera impresión.
Supongamos que hay dos tipos de productos disponibles en el mercado y ambos se anuncian para atraer a más clientes. Uno de los anuncios se limita a hablar de los productos y el otro te hace reír o llorar, entonces ¿cuál te «abrumaría»? El segundo, ¿verdad?
Cuando se trata de la primera impresión, es sólo cuestión de segundos. La misma regla se aplica a la primera impresión de un producto o marca, y canalizar la emoción puede ayudarle a dar forma a esa impresión y hacer que la marca o el producto destaquen en la mente de sus clientes.
b) El marketing emocional inspira a la gente a actuar
Aunque el marketing emocional es una herramienta sólida para conseguir una o dos compras, las emociones también fomentan otras actividades que ayudan a hacer crecer tu negocio y tu marca.
He aquí una categorización de esa actividad por emoción:
- La felicidad nos hace compartir y el compartir nos lleva a una mayor conciencia de marca. Si las malas noticias venden, las buenas viajan rápidamente. Los estudios demuestran que las buenas noticias y el contenido positivo se difunden más rápido en las redes sociales que cualquier otro tipo de contenido. Cuando alguien sonríe, tendemos a reflejar esa emoción, lo que nos lleva a compartir cualquier contenido que nos haya hecho felices en primer lugar
- La tristeza nos hace empatizar y conectar, y la empatía impulsa a mejorar la donación. Un estudio de 2007 demostró que los sentimientos de empatía generan altruismo y la motivación para actuar en favor de los demás. No es de extrañar que ciertas organizaciones presenten fotos tristes y una canción conmovedora mientras piden donaciones. Las emociones de tristeza nos impulsan a actuar y ayudar a la gente, lo que suele manifestarse en donaciones económicas.
- La sorpresa y el miedo nos hacen aferrarnos a lo que es cómodo y abarcar lo que es cómodo conduce a una mayor lealtad a la marca. Los profesionales del marketing suelen dudar a la hora de utilizar el miedo en sus anuncios porque los consumidores tienden a asociar sentimientos negativos con su marca. Pero eso no es cierto. Los estudios revelan que evocar el miedo permite que su marca sea percibida como la única cosa buena en un mundo oscuro, lo que indica que sus consumidores se apoyarán más en usted cuando las cosas empeoren.
- La ira y la pasión nos hacen obstinados y la obstinación impulsa el contenido viral y los seguidores fieles. Piensa en cualquier vídeo sobre una tragedia local o un problema político con toneladas de likes y miles de comentarios más. Al igual que la felicidad, las emociones fuertes como la ira y la pasión animan a la gente a compartir contenidos. Los estudios revelan que la creación de contenidos que evocan intencionadamente la ira y la ansiedad conduce a la viralidad y al aumento de las visualizaciones.
- El marketing emocional anima a las personas a decidir con el corazón. Los estudios revelan que las personas se basan principalmente en las emociones más que en la información a la hora de tomar decisiones. La reacción emocional hacia el marketing influye en la intención y determinación de compra de una persona más que el contenido de un anuncio o material de marketing.
También muestra que, de 1.400 campañas publicitarias prósperas, las que tenían un contenido puramente emocional obtuvieron el doble de resultados (31% frente al 16%) que las que sólo tenían un contenido intelectual.
El marketing emocional ayuda a la gente a elegir con el corazón, que influye en la compra más que la mente. El marketing de Dove es un excelente ejemplo de ello. Sus anuncios integrales y realistas se centran en que cada mujer se sienta guapa, haciendo que su producto parezca una fuente de muchas emociones: aceptación, serenidad, confianza, amor propio.
